Nighthawks

Nighthawks fue vendida al Instituto de Arte de Chicago poco después de su finalización, y permanece allí como un gran reflejo de la historia americana.

En lugar de interacciones significativas, los cuatro personajes del restaurante de Nighthawks, de Edward Hopper, se ven envueltos en una serie de casi accidentes. El hombre y la mujer podrían tocarse las manos, pero no lo hacen. El camarero y el fumador podrían estar conversando, pero no lo hacen. La pareja podría entablar una conversación con el hombre que tiene enfrente, pero sabemos que no lo hará. Y entonces nos damos cuenta de que Hopper nos ha colocado a nosotros, el espectador, en la calle de la ciudad, sin puerta para entrar en el restaurante, pero en posición de evaluar a cada una de las personas que están dentro. Vemos la fila de taburetes vacíos más cercana a nosotros. Nos damos cuenta de que nadie hace contacto visual con nadie. De cerca, la cara del camarero parece tener una expresión de horror o dolor. Y entonces se produce una revelación escalofriante: cada uno de nosotros está completamente solo en el mundo.