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Descripción
El hombre de espaldas a la oscuridad simboliza la condición actual del hombre. El mar de nubes presagia un futuro incierto.
Figuras del niño Dios pintadas por Caspar David Friedrich como iconos de la cultura pop.
Una imagen evoca, es un testigo silencioso. Con el tiempo, al sintetizar un sentimiento o una actitud más allá de lo visual, puede llegar a convertirse en un verdadero referente de la cultura pop. Ver más
Es el caso de El caminante sobre el mar de nubes, un cuadro representativo del romanticismo alemán, pintado en 1818 por Caspar David Friedrich (1774-1840).
Mucho se ha escrito y dicho sobre esta obra, que revela el estado de ánimo característico de la lírica romántica: el cuestionamiento de la condición humana, la vieja agonía y melancolía existenciales. Por ejemplo, como una de esas obras de arte que te hacen sentir emociones que nunca habías imaginado, puede inducir estados de ánimo como Fernweh, la palabra alemana para la nostalgia de un lugar que no has visitado. También forma parte de un selecto grupo de cuadros que te harán sentir más solo que nunca. Sea como fuere, es una de las obras más importantes de la historia y por ello se ha convertido en un icono popular de la cultura actual, ya que su estructura y composición se resuelven como una poderosa herramienta de comunicación.
Sobre Caspar David Friedrich
(Greifswald, 1774 - Dresde, 1840) Pintor alemán. Caspar David Friedrich es el paisajista más importante del Romanticismo alemán. Sus cuadros revelan un sentimiento de profunda angustia frente a la naturaleza (Dolmen en la nieve, 1807) y la conciencia atónita, casi dolorosa, de la insignificancia del hombre frente a su grandeza (El viajero frente al mar de niebla, 1818). El significado de sus obras se enriquece con frecuentes referencias a la mitología alemana; en los cuadros posteriores, el valor simbólico se hace más evidente en la elección de los temas y en la simplificación de las formas. Ver más
El artista prefiere el paisaje a ciertas horas del día, cuando se presta a correlaciones psicológicas más directas, como en las obras en las que las pequeñas figuras humanas aparecen aisladas y casi perdidas (Dos hombres contemplando la luna, 1819). La obra de los artistas que trabajaron en torno a Friedrich (Georg Friedrich Kersting, Johan Christian Dahl) es interesante, aunque nunca dio lugar a una verdadera escuela.
Por su intensa expresión de la inconmensurabilidad del universo frente a la experiencia humana, Caspar David Friedrich está considerado como la principal figura del paisajismo alemán. En sus años de formación se vio influido por la severa y opresiva experiencia religiosa de su familia, que superó gracias a la filosofía y la poesía de la Escuela de Jena, que descubrió bajo la dirección de G. L. Kosegarten.
Hijo de un marinero y nacido en el Báltico, Caspar David Friedrich pintó el mar, las montañas nevadas, los árboles, el sol y la luna, temas transfigurados por la iluminación del sentimiento interior del artista ante la envolvente grandeza de la naturaleza. "En su Salida de la luna sobre el mar (1822, Staatliche Museen, Berlín), un hombre y dos mujeres están de pie sobre una roca y observan cómo la luna, símbolo de la divinidad, disipa la penumbra de un cielo púrpura plomizo con su resplandor anaranjado, mientras dos barcos, símbolo de la vida que llega a su fin, se dirigen a un mar denso y profundo.