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Elegancia, ligereza extrema y brillo natural de los colores en cada detalle.
Combinando modernidad y ligereza, el montaje en aluminio ofrece a una exigente clientela una alta resolución con colores brillantes y naturales que resaltan cada detalle de la obra.
Gracias a su superficie robusta e impermeable, también es adecuado para espacios húmedos como cocinas, baños y habitaciones exteriores.
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Sobre Henri Matisse
El gran artista del siglo XX Henri Matisse con Picasso. Su revolucionario uso del color cambió la pintura y dio lugar a uno de los primeros movimientos de vanguardia, el fauvismo, del que se convirtió en un arte personal e inclasificable.
Su infancia no fue muy inspiradora: "En mi pueblo, si había un árbol en el camino, lo arrancaban porque daba sombra a cuatro plantas de remolacha". Su padre llegó a pegarle varias veces cuando le pillaba dibujando "tonterías".
Así que el joven Matisse se fue a París y se licenció en Derecho, luego trabajó brevemente como abogado, pero en 1889 tuvo la "fiebre" de los estudios artísticos. "Te vas a morir de hambre, ¿me oyes, Henri? ? Es una carrera de vagabundos... !", le gritó su padre.
El hombre no tenía ni idea de que su hijo sería uno de los artistas más ricos y apreciados de Francia. Ver más
Contagiado por el arte, Matisse se formó con pintores como Bouguereau y Moreau, pero cuando conoció a jóvenes que pintaban sin seguir ninguna regla (Derain, Vlaminck...), se adentró en un nuevo y desconocido lenguaje pictórico, basado en el uso libre del color, el vigor expresivo y la negativa a ser una mera imitación de la naturaleza.
Expusieron juntos en el ya mítico Salón de Otoño de 1905, donde el crítico Louis Vauxcelles les llamó fauves, nombre que adoptaron con orgullo. Matisse parecía enfrentarse a todas las figuras paternas que se interponían en su camino.
Estos colores contrastados, así como la influencia de la escultura africana y de otras culturas primitivas, serían el denominador común de este periodo para el pintor, pero hacia los años 20, el artista se serena un poco más y empieza a tender hacia la sensualidad, la ornamentación y la tradición. Esto es lo que ocurre con la edad...
Con el éxito, Matisse vendía cuadros como churros, al igual que su colega/rival Picasso. Y como éste, tenía una debilidad por encima de todas las demás: las mujeres.
Con mala salud, siempre estaba en la cama o en una silla de ruedas. De hecho, mandó poner la cama en medio de su estudio, que estaba lleno de mujeres jóvenes, modelos y cuidadoras corriendo de un lado a otro. Su esposa Amélie no podía hacer mucho.