Accede a tu cesta con otros dispositivos (Teléfono, tableta, ordenador). Guarda tu correo electrónico, luego búscalo en la sección de la cesta haciendo clic en "Recuperar mi cesta".
Por favor, introduzca una dirección de E-MAIL con el formato adecuado.
Superficie totalmente armoniosa, sin burbujas ni impurezas, con un acabado mate que evita los molestos reflejos.
Añadido a su wishlist
Añadir a su wishlist en curso
Obra de arte enmarcada añadida a su wishlist
Compartir esta obra
Comparte con sus opciones de impresión
Enlace para ser compartido
Añadir a mi wishlist
Productos adicionales
Lienzo sobre bastidor
desde de 57 €
Impresión de arte
desde de 16 €
Impresión de arte Tamaños de bastidor estándar
desde de 18 €
Montaje en aluminio
desde de 29 €
Más obras de Vermeer
La Chica del Pendiente de Perl...
22.8 x 25.1 cm
desde de 88 €
Muchacha Leyendo una Carta
22.8 x 26.5 cm
desde de 92 €
La Lechera
22.8 x 24.4 cm
desde de 88 €
Santa Práxedes
22.8 x 25.7 cm
desde de 90 €
Vista de Delft
25.3 x 22.7 cm
desde de 88 €
La Calle Pequeña
22.8 x 25.9 cm
desde de 90 €
Mujer Sosteniendo una Balanza
22.8 x 24.5 cm
desde de 88 €
Descripción
El cuadro saca del olvido los primeros oficios de Rotterdam, todas las pinturas de cañas de Adrian Paets, emparejadas con el astrónomo, en 1713. Y en el par de pinturas, pasarán de mano en mano hasta casi el comienzo del próximo siglo. Con el paso del tiempo, los nombres tradicionales de los dos cuadros cambiaron a menudo: matemático, filósofo, arquitecto, corriente.
La peculiaridad de los dos cuadros siempre ha llamado la atención de los estudiosos: el tema es una figura masculina, lo que es inusual en Vermeer, que favorece notoriamente la figura femenina en su obra. Ver más
Incluso cuando pinta hombres, suele ser en siluetas resumidas: el pretendiente, el músico, el tutor. Por ello, se piensa que este cuadro fue pintado en tándem con el otro, del orden de una sola revelación: La hipótesis de que podría ser Antoni van Leeuwenhoek es muy impresionante, aunque no hay pruebas. A favor de esta conjetura está la supuesta amistad entre ambos (por haber nacido el mismo año en la misma ciudad, por el nombramiento de Leeuwenhoek como director de los productos del pintor, a su muerte, y por una cierta similitud que alguien quiso ver en la foto de Jan Verkolje, unos años después, y el hombre geógrafo); en detrimento de que el comportamiento de Leeuwenhoek sitúe posteriormente la muerte del artista, no haría suponer una amistad previa.