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Nuestro lienzo está estirado a mano de forma profesional y con una capa de tinta protectora para un acabado superior de calidad de museo.
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Descripción
De pie frente a una pared áspera y enlucida de blanco, la lechera tiene una dignidad que va mucho más allá de la simple tarea que está realizando. Hay una sensación de integridad y moralidad en ella que proviene de la firmeza de su mirada mientras mide cuidadosamente la leche en un cuenco de barro. Estas cualidades también se derivan de la pura fuerza física de su ser, que Vermeer ha enfatizado mediante el modelado inusualmente audaz de su figura. Ver más
Por último, se ven reforzadas por la perspectiva de la ventana, que refuerza la importancia y la permanencia de su gesto.
Vermeer era un maestro en el uso de la luz para realzar el estado de ánimo y el carácter de sus imágenes. Aquí, por ejemplo, ha diferenciado la luz de la pared del fondo para reforzar la tridimensionalidad de la figura. Yuxtapuso el amarillo brillante del hombro derecho de la lechera contra la parte sombreada de la pared, mientras que colocó su hombro izquierdo sombreado contra un fondo brillante. Luego pintó una línea de contorno blanca a lo largo de este hombro para acentuar la fuerte silueta de la figura.
Los efectos de iluminación más espectaculares se producen en la mesa, donde Vermeer evoca las texturas del cuenco, la jarra y la cesta de barro, así como la frescura de los panes, con multitud de reflejos especulares. Creaba estos efectos mediante una compleja estratificación de pinturas, a menudo aplicadas en húmedo sobre húmedo. El amarillo y el azul son los colores dominantes en La lechera. El rasgo distintivo de la paleta de Vermeer, si se compara con la de sus contemporáneos, es el uso del costoso ultramarino natural: esto da a los azules aquí una vibración excepcional, en consonancia con su uso igualmente brillante del amarillo de plomo. Sin embargo, las combinaciones de colores en La lechera son complejas y variadas, y no se limitan al amarillo y al azul. El contraste de estos colores se ve en el rico contraste entre el verde del mantel y la falda carmesí de la doncella.