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Descripción
Una mujer con una chaqueta azul adornada con pieles se encuentra sola frente a una mesa en la esquina de una habitación. Sostiene una balanza en su mano derecha y, con los ojos bajos, espera que se detenga. Detrás de ella, en la pared del fondo de la habitación, hay un gran cuadro del Juicio Final enmarcado en negro. En la pared lateral hay un espejo. Sobre la mesa hay un paño azul, unas cajas abiertas, dos hilos de perlas y una cadena de oro. Ver más
Una luz suave, que entra por una ventana y su cortina amarilla anaranjada, ilumina la escena. Aunque la mujer está psicológicamente alejada de nosotros, su grácil figura y su rostro sereno sugieren una paz interior que a menudo sentimos en momentos inesperados y fugaces de nuestra vida.
La mujer que sostiene la balanza es una escena alegórica que nos anima a llevar nuestra vida con templanza y moderación. El cuadro dentro del cuadro ofrece una pista importante en el sentido de que el juicio final de Cristo tiene su eco en las acciones de la propia mujer. Delante de ella están los tesoros terrenales; detrás de ella hay un símbolo de las consecuencias eternas de sus acciones aquí en la tierra. Mientras espera que la balanza se equilibre, reconoce la importancia del juicio al sopesar sus propios actos en previsión de la vida futura.