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Descripción
Edward Hopper pintó Sol de mañana en 1952. El cuadro representa a una mujer sentada sola en una cama sin hacer.
Lleva un sencillo vestido rosa que deja ver sus brazos y muslos desnudos. Se cree que la mujer del cuadro fue modelada por la esposa de Hopper, Jo.
Está orientada hacia la ventana, que deja entrar un torrente de luz en la habitación. La mujer está sentada, casi impasible, observando la escena que tiene ante sí, casi perdida en sus pensamientos y su contemplación. Ver más
Hopper ha optado por pintar la habitación con colores bastante simples que parecen apagados y sin vida. El espectador puede ver un pequeño detalle de la calle de abajo, que refuerza aún más la quietud y la soledad que se siente entre las cuatro paredes de la habitación.
Se percibe que la mujer está sola, a pesar de estar en medio de una ciudad ajetreada.
La cuestión de la mujer y el aislamiento social es un tema recurrente en los cuadros de Hopper, como demuestra la diferencia entre el mundo exterior y el interior de sus cuadros. En Morning Sun, los dos mundos se unen a través de la ventana, y la luz del sol crea un vínculo entre los dos mundos.
Sobre Edward Hopper
Edward Hopper es una de las principales figuras del movimiento realista estadounidense, con cuadros como House by the Railroad (1925) y Nighthawks (1942).
Nacido en 1882 en el estado de Nueva York, Edward Hopper ingresó en la prestigiosa Escuela de Arte de Nueva York tras su formación secundaria. Se trasladó a Nueva York en 1908, donde fue contratado como ilustrador para campañas publicitarias. Ver más
Pronto se cansó del trabajo y expuso cuadros en su tiempo libre. Hacia 1915 pintó escenas de la vida americana y en 1920 presentó su primera exposición en el Whitney Studio Club, que tuvo un gran éxito. En 1924 se casó con Josephine Verstille Nivison.
Su particular estilo, de formas sencillas y colores más bien oscuros, juega con los contrastes entre luces y sombras. Hopper consiguió diversificar su enfoque realista, con paisajes escenificados, a veces urbanos y a veces rurales. Los personajes que pinta suelen inspirar una impresión de soledad y exclusión. La mayoría de sus óleos reflejan un país en plena transformación económica y social. En 1945, Edward Hopper fue admitido en la Academia Americana de las Artes y las Letras. Recibió numerosos premios y honores, incluido el título de Doctor en Bellas Artes del Instituto de Arte de Chicago en 1955.