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Durante sus viajes por las islas del Pacífico, Paul Gauguin emprendió un viaje que trascendió su papel como artista. Se convirtió en un etnólogo en ciernes, mostrando una curiosidad insaciable por la cultura y los rituales maoríes. Esta fascinación por las costumbres locales y las creencias se convirtió en una fuente inestimable de inspiración para su obra artística. Ver más
Los temas que descubrió en esta rica cultura encontraron su lugar en sus pinturas, creando un puente entre su arte y el patrimonio maorí.
Sin embargo, las islas del Pacífico ejercieron un encanto mucho más amplio en Gauguin que solo la cultura. Estaba hipnotizado por la belleza despreocupada de los habitantes locales, cautivado por su forma de vida tranquila. Esta fascinación encontró expresión en sus obras, que representaban un paraíso en Oceanía. Sin embargo, incluso en ese momento, la sombra de la llegada occidental ya comenzaba a ensombrecer este paraíso, trayendo cambios que transformarían la vida en estas islas para siempre.
En su pintura, Gauguin se atrevió a liberarse de las convenciones artísticas occidentales. Su estilo primitivo y el audaz uso de colores revolucionaron la percepción del arte en su época. Ya sea el suelo púrpura y lila en "Palabras del Diablo" o el muro amarillo que sirve de fondo para "La Niña con el Mango", Gauguin deliberadamente se apartó de las normas tradicionales, lo que resultó en una prodigiosa explosión de colores en su arte.
Sin embargo, a pesar de su escape a estas tierras lejanas, no pudo evadir un sentimiento de provincialismo que a veces lo alcanzaba. Los hábitos y comportamientos occidentales que intentó dejar atrás parecían colarse a veces, a menudo en forma de parodias grotescas, en esta remota colonia francesa. Esta disonancia entre su deseo de huir de la civilización y la realidad que a veces encontraba fue fuente de desilusión, como se refleja en este fragmento de su obra "Noa-Noa".
Así, los viajes de Gauguin en el Pacífico fueron mucho más que simples travesías artísticas. Fueron profundas exploraciones de la cultura, la naturaleza humana, el color y la libertad artística, cada uno de estos elementos dejando una marca indeleble en su obra y en la historia del arte.